martes, 10 de abril de 2012

23.Más madera…son los recortes



Vivimos en una espiral diabólica, la recesión lleva a los recortes, los recortes ahondan la recesión y así sucesivamente, ¿hasta cuándo? 

En una escueta nota insertada en la página web del Gobierno se da noticia de un nuevo recorte, improvisado sobre la marcha ante el escaso eco conseguido en los mercados por las restricciones presupuestarias. El texto es así de breve:
Asimismo, con el fin de definir el Programa Nacional de Reformas y determinar las reformas encaminadas a lograr una mayor racionalización, eliminación de duplicidades y eficiencia en la gestión de los grandes servicios públicos que se pondrán en marcha en este mes, el presidente del Gobierno se ha reunido también con la ministra de Sanidad y el ministro de Educación. El ahorro previsto superará los 10.000 millones de euros.
Sorprende que la decisión se tome de una manera informal o aformal, fuera del Consejo de Ministros, casi en una reunión en el pasillo mientras iban a la máquina de café. Tampoco se especifica que partidas serán afectadas, ni a qué nivel de administración corresponde llevarlas a cabo, ni por qué esa cuantía y no otra distinta. Todo en penumbra, salvo la retórica. Es significativo que las restricciones se presentan dentro de un, desconocido hasta ahora, Plan Nacional de Reformas, ¿qué cosa es eso? En la breve descripción abundan las palabras vaselina: racionalización, eficiencia y eliminación de duplicidades. O sea que no son recortes de lo esencial, sólo de lo superfluo, de aquello que se puede prescindir, o eso quieren vendernos desde el gobierno.
Además de eso sólo un dato escueto, 10.000 millones de € de recorte en sanidad y educación, pilares básicos del Estado de Bienestar, tal como mandan los mandarines financieros. Y la fecha, lunes 9 de abril, vísperas de la reanudación del ritmo económico tras las fiestas de Semana Santa.
Según los avances en la prensa los recortes se concretarán en gran medida en el ámbito de relaciones laborales, o sea en amputaciones de derechos laborales. Aquí la congelación salarial recogida en el proyecto de ley de presupuestos no posibilita rebajas de funcionarios, rebús sic stantibus, aunque tal vez sí en el resto de empleados públicos. Pero 10.000 millones parecen demasiados para que se trate de limar a calderilla. ¿De dónde (nos) rascarán esas cantidades?

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