domingo, 19 de febrero de 2012

7. RD Ley 3/2012, más de lo mismo (4)


Existe una disociación alarmante entre los objetivos propuestos en la exposición de motivos (parar el crecimiento del desempleo, generar empleo,  romper la dualidad del mercado laboral,…) y las medidas adoptadas en el RDL. Estás últimas se basan en  varios dogmas ideológicos inveraces e inadecuados para crear empleo. Por ejemplo, el recorte a la negociación colectiva hacia moldes más favorables al empresario se justifica, en la presentación del Ministerio de Trabajo, en que el despido sea el último recurso, como si la negociación colectiva incrementará la destrucción del empleo y el autoritarismo empresarial, por el contrario, paliará el recurso al despido.
 Las soluciones del Decreto se concretan en:
  • Más poder al empresario bajo la falacia de que lo que es bueno para él es bueno para el desempleado;  Autoritarismo empresarial como solución a la crisis
  •  Para favorecer la empleabilidad de los trabajadores, se incrementa la privatización de la intermediación laboral permitiendo a las ETTs funcionar como agencias de colocación
  • Eliminación del control público, incrementando el poder del empresariado
  •  Frente a la dualidad del mercado laboral, mantenimiento de los contratos temporales e introducción de nuevas formas de precariedad, difuminando la barrera entre fijos y temporales, reducir  o emporar la situación de los fijos no es la solución equitativa. Sólo gana el empresario.  
  • Para paliar la dualidad entre temporales y fijos y hacer más atractivo la contratación indefinida, la medida propuesta es facilitar y abaratar el despido; las indemnizaciones por despido improcedente bajan un 26,66% y los topes de despido un 37%
  • Incrementar la flexibilidad interna para descender la flexibilidad externa, en un camino recorrido ya sin éxito por varias reformas
  • Aplicabilidad de los EREs extintivos por causas económicas en el ámbito público
En resumen más poder privado, más autoritarismo; al empresario corresponden las decisiones y al trabajador cumplir las órdenes, bastante recompensa es el empleo.
El incremento de la capacidad del empresario en determinar la flexibilidad interna no se ve compensado con la ampliación de la negociación colectiva  o de la cogestión. En la presentación de la reforma efectuada por el Ministerio de Trabajo  se afirma que, hasta ahora, el ajuste laboral frente a la crisis se ha producido por medio de los despidos, no por modificación de las condiciones de trabajo ¿Por eso, ahora, hacen el despido más barato y más fácil? ¿Para qué se despida menos? Las justificaciones se contradicen  con las medidas adoptadas, rayando lo increíble.
Como vemos la estrategia sigue siendo la misma, buscar un nicho de mercado a través de salarios bajos, y no invertir en aquello que incentiva la productividad. El recurso a la flexibilidad externa, el despido en roman paladino, es consustancial al tipo de empresa que no invierte en formación ni en aumentar la productividad de sus trabajadores
Se recurre a la misma senda que en otras reformas, con más radicalidad. Lógicamente si todas las anteriores han exacerbado las características del modelo productivo español, esta vez será más de lo mismo.
Esta preeminencia dado a lo jurídico, a la regulación laboral, es una maniobra de distracción. En realidad, las causas de la mayor destrucción de empleo son múltiples, entrelazadas entre sí, y en primer lugar económicas. Vivimos en nuestro estado una economía más oscilante, con mayor crecimiento de empleo en la bonanza y mayor descenso en crisis. Además, influyen en el mercado laboral el tipo de sector productivo predominante (ligado al boom de la construcción, turismo y con preeminencia de lo financiero especulativo)  y la posición excéntrica en el mercado global. Estos sectores productivos eran intensivos de mano de obra, poco formada, y con escasa inversión. Esta escasa formación previa que demandaban estos sectores productivos está también ligada al fracaso escolar (y a la proliferación de contratos temporales, todo se anuda en compleja red de interacciones). De todas formas, temblamos ante la posibilidad de que el PP, acabada la reforma laboral, se dedique a arreglar el fracaso escolar prohibiéndolo; se prohíbe suspender y no hay fracaso. Asunto arreglado.
Más que ante un aumento del empleo en los próximos meses asistiremos a un incremento del desempleo tanto por efecto de los recortes en el gasto como por las facilidades dadas a las extinciones. Descenderán, además, las condiciones de trabajo, objetivo real de la reforma del 2012, propiciando una devaluación indirecta y de único carril. La precarización no desaparecerá, sino que, además, adquirirá nuevas formas; indefinidos temporales con despido libre y gratuito durante un año o eternización en los contratos formativos.
Intuimos, además, que se producirá un incremento de la tensión social ya que el autoritarismo no es un elemento eficaz de integración social y porque las modificaciones de la negociación colectiva provocarán, al menos a corto plazo, una ruptura de las pautas de negociación trenzadas durante años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario